Ernesto Sábato, mi padre

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Dirigida por: Mario Sábato
Estreno: 25 de Marzo de 2010
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Sinopsis

ERNESTO SÁBATO, mi padre no es un documental sobre el gran escritor argentino.

Es un retrato íntimo, conmovedor y único, que sólo podía el director que lo conoce profundamente: su hijo.

Con  viejas películas caseras y fotografías familiares que ahora emergen de los recónditos sótanos de la memoria, con filmaciones realizadas por su hijo desde 1962 hasta el 2007, se descubre al hombre que se ocultó detrás de sus anteojos negros.

Su vida cotidiana, sus afectos, sus anécdotas, sus vacilaciones y sus certezas.

Atormentado, divertido, melancólico, mordaz.

Un hombre sin su estatua. Un Sábato que muy pocos conocen.

Ficha Técnica

Argentina, 2008.

Duración: 101 minutos.

Color y blanco y negro.

Dirección, guión y edición: Mario Sabato.

Producción ejecutiva: Roberto Corvatta.

Producción periodística: Hugo García.

Música: J.S. Bach.

Intervenciones de Raúl Alfonsín, Magdalena Ruiz Guiñazú, China Zorrilla, Mercedes Sosa, Alejandro Dolina, Monseñor Justo Laguna, Monseñor Jorge Casaretto

Producida por BETAPLUS BROADCASTING y Mario Sabato

Con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.

Distribución: Primer Plano Film Group S.A.

 

Notas de producción

El documental es una mirada desde adentro a la vida de Ernesto Sábato.

La película recorre los senderos más íntimos de alguien cuya fama trasciende las fronteras pero que muy pocos conocen. En este film se descubre al hombre que vive pudorosamente detrás del personaje público; sus afectos,  sus certezas, sus dudas, el humor y sus rasgos más inesperados.

Ernesto Sábato, mi padre no es un documental para académicos, ni pretende ser una ilustración sobre la obra del gran escritor.

“Quienes deseen eso, tendrán la oportunidad de ver otros documentales. Yo no pretendí  hacer algo que no podía hacer, el rigor y la objetividad no existen cuando se trata de una relación tan profunda como la que tiene un hijo con su padre. Hice el film que yo podía hacer. Que sólo yo podía hacer” dijo Mario Sabato.

 

Carta a los espectadores

Esta es la película que me llevó más tiempo filmar, algo así como cincuenta años.

Habitualmente son muy rápido filmando. Bueno, este no fue el caso.

Los que me conocen saben que me divierte mucho mi trabajo. La atmósfera es distendida, las bromas alivian la tensión propia del rodaje.

Tampoco este fue el caso. Cada vez que fuimos a Santos Lugares, a filmar en esa casa que antes era alegre, en la que pasé mi infancia y mi juventud, una tempestad me sacudía el alma. No podía hacer más de una, dos secuencias.

Mi padre, ajeno a todo, estaba en su estudio. Y se alegraba de verme tan seguido.

Yo me enfrentaba con mis recuerdos, con todos mis recuerdos: los buenos y los malos, los que se guardan, embelleciéndolos para que sean aún más gratos, y los peligrosos, los que se trata de sepultar para sobrevivir.

La filmación duró meses, no pudo ser de otra manera. Mis productores, la gente del equipo, me lo hicieron entender. “Ahora pará, no hay apuro, así no podés seguir”. Me parece que ellos entendieron, antes que yo, que lo que estaba haciendo no era una película más. Que para mí era mucho más que una película: era una despedida. La última, la definitiva.

Y en eso no importaba la fama de mi padre, ni que fuera un documental sobre su vida.

Era, lo sigue siendo, lo que le puede pasar a cualquier hijo con su padre. Y en esto, como dicen, la fama es puro cuento.

Cuando el documental se pasó en Mar del Plata, en Málaga, en Lima, supe que era así. Que públicos tan diversos se conmovieran de la misma manera no tenía mucho que ver con la fama de mi padre, y menos aún con que la película fuera o no buena.

Creo que estaban viendo la relación de un padre con su hijo, de un hijo con su padre, cuando ya se ha recorrido todo, o casi todo, el camino.

No mucho más que eso, nada menos que eso.

Y que trascendía nuestra mera historia, y pasaba a ser parte de la historia de ellos.

Me parece que fue por eso que no se me reprochó que “Ernesto Sabato, mi padre” no fuera una película destinada a los conocedores de la obra del literato, ni tuviese el rigor académico o la solemnidad que se podría exigir.

Que otros hagan esos documentales. Los harán mejor que yo.

Esta es la película que yo podía hacer. La única que podía hacer.

Y además, si se me perdona el orgullo, era el único que podía hacerla.

Por Mario Sábato

Biofilmografía

En 1963, a los dieciocho años, dirige su primer cortometraje, El nacimiento de un libro, que registra el proceso de creación de Sobre Héroes y Tumbas, la novela de su padre, Ernesto Sabato. Obtiene el Primer Premio del Primer Festival del Film de Arte de Buenos Aires y representa a la Argentina en varios festivales internacionales.

Realiza, a partir de entonces, varios films de cortometraje, un centenar de films publicitarios, y decenas de programas de televisión.

Sus largometrajes:

1971: dirige, escribe y produce su primer film de largometraje, Y que patatín, y que patatán, que obtiene el Premio Selección en el Festival de Venecia.

1972: filma Hola señor león! un film para chicos rodado íntegra­mente en Africa.

1973: dirige, escribe y produce Los golpes bajos, por encargo de la RAI.

1974: dirige Un mundo de amor.

1976-1982: Durante la dictadura militar, con el seudónimo de Adrián Quiroga, dirige seis largometrajes destinados al público infantil,

1979: dirige y escribe El poder de las tinieblas, una adaptación libre de “El informe sobre ciegos”, de Ernesto Sábato.

1980: dirige y escribe Tiro al aire.

1995: dirige y escribe Al corazón.

2002: dirige y escribe India Pravile.

2007: dirige y escribe Ernesto Sábato, mi padre.

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