Los chicos desaparecen
Una película de Marcos Rodríguez
Estreno: 3 de Septiembre de 2009
Basada en el libro de GABRIEL BÁÑEZ “LOS CHICOS DESAPARECEN”
“Si el tiempo es la expresión del deseo
y el deseo es el motor de todas las cosas, entonces
¿de que se me puede culpar?…”
Festivales
Seleccionada 7º Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara, Cuba
Competencia 8º Festival Federal de Cine y Video de la Patagonia
Invitada Especial II Cinemóbile Certamen Internacional de Cortometrajes de Sevilla, España
Premio del Público 7º Festival de Cine Digital de Viña del Mar, Chile
Premio Mejor Director Competencia Argentina Festival Internacional de Cine de Gualeguaychú
Invitada Especial 2º Festival PerroLoco de Cinema Latinoamericano Universitario Latinoamericano de Goias, Brasil
Invitada 3º Festival de Artes Audiovisuales de La Plata
Premio Mejor Actor (Norman Briski) 4º Festival Internacional de Cine Fantástico de Porto Alegre, Brasil
Invitada 15º Festival Latinoamericano de Video y TV Rosario
Premio del Público 7º Festival de Cine de Tandil
Sinopsis
Macias Möll, dueño de la relojería del barrio, pasas sus días en su silla de ruedas, rodeado de relojes y envuelto en cálculos sobre el tiempo. Todas las tardes, a las seis en punto, se lanza desde lo alto de las rampas de la plaza en su silla de ruedas, rodeado de niños que lo vitorean, intentando obstinadamente bajar tiempos.
La desaparición de un niño en la plaza sitúa al relojero como único sospechoso y la investigación recae en el inspector Rene Rigaud.
La conspiración, un atentado inesperado y la decisión propia de un hombre que es poseedor de una profunda fe, conducen al relojero a realizar un último lanzamiento, en el que transforma su secreto en dominación del tiempo..
Ficha Artística:
Norman Briski es Macias Möll
Lorenzo Quinteros es Rene Rigaud
Umbra Colombo es Sofía Zanetta
Ricardo (Mono) Ibarlin es Mc Cornick
Ficha técnica:
Guión y Dirección: Marcos Rodríguez
Basado en la novela homónima de Gabriel Báñez
Dirección de Arte: Viviana Serafini
Dirección de Fotografía: Manuel Lolo Muschong
Dirección de Sonido: Daniel Ibarrart
Efectos Visuales: Iru Landucci / Hernán Ricci
Música Original: Leandro Giordano / Gustavo Astarita
Montaje: Jerónimo Carranza / Marcos Rodriguez
Producción Ejecutiva: Gustavo Alonso / Felicitas Raffo
Asistente de Dirección: Alejandro Encinas
Jefe de Producción: Agustín Aguirre
Una Película de Marcos Rodriguez
Una producción de
FACULTAD DE BELLAS ARTES
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
CENTRO DE ESTUDIOS Y PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL
INSTITUTO NACIONAL DE CINE Y ARTES AUDIOVISUALES
Con el apoyo de
INSTITUTO CULTURAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
SONOSFERA
ESTUDIOS PACÍFICO
MANCINELLI GROUP
MUNICIPALIDAD DE LA PLATA
Breve biografía del director
Marcos Rodríguez, director y guionista de su opera prima “Los chicos desaparecen”. Alumno de la primera promoción de la carrera de cine de Bellas Artes. Trae consigo la experiencia como productor ejecutivo de festivales de cine, habiendo participado durante años de la gestión artística del Centro Cultural Islas Malvinas como coordinador del área audiovisual. Realizador de uno de los primeros programas televisivos producidos por la Facultad y docente en la Cátedra Estructura del Relato Audiovisual II, se desempeño como realizador y director de programas en el canal Ciudad Abierta de Capital Federal. Ha realizado cortos y videoclips. Actualmente es realizador del documental “La pasión” y trabaja en el guión de su próxima película: “El circo nunca muere” sobre el cuento homónimo de Gabriel Bañez.
Notas del director
La banda sonora que acompaña este relato tiene como pulsión básica un insistente y asincopado repiqueteo de relojes (leitmotiv). En cuanto se necesitan climas abruptos y sorpresivos se utiliza una doble orquestación; pudiendo reforzar, en el caso de la plaza, con texturas circenses; mientras que para los climas serenos el motivo “tiempo” es oscuro y recurrente permaneciendo como efecto residual en aquellas escenas en las que predominan los diálogos.
La suspensión del tiempo histórico es una constante que apuntala el relato en su universo fantástico. En los espacios cerrados la puesta en escena es deliberadamente abstracta impidiendo identificar la época. Los detalles de decorados (espejos, cuadros, escaleras, libros, etc) solo aparecen como extensiones de la psicología de los personajes. Elementos como el gran cuadro del prócer en el despacho del juez, la balanza de precisión en la casa de Mcornick; la relojería completa en el universo –Macías, dan clara cuente de ello.
El tono de voz y la cadencia de las frases de los personajes se acercan a las de autómatas; dan la sensación de no ser libres, de estar manipulados constantemente por algo o alguien. Los parlamentos son monocordes y pausados en donde cada palabra tiene su espacio. Es el universo en el que vive el que da este carácter a sus voces y procederes, no es algo que provenga de sus propias psicologías; de sus mundos internos. Es decididamente un artificio.
Los personajes están todos trazados desde el estereotipo. Macías, en cambio, tiene algo de religiosidad no declamada y definitivamente en muchos de los pasajes opera como un niño.
Notas del autor del libro
Por Gabriel Bañez
Los chicos que se me aparecieron
Lo primero que sentí al ver la versión fílmica de Los chicos desaparecen fue rareza. Luego, extrañamiento. Aquellas imágenes surgidas de la imposición íntima del acto de escritura ya no estaban. Se habían ido. En su lugar habían aparecido otras. Diferentes, ajenas de una ajenidad sin embargo conocida. ¿Quién era ese personaje que se desplazaba en silla de ruedas intentando bajar tiempos desde una rampa con un cronómetro al cuello? Lo conocía, me era familiar, pero desde aquél lanzado por el lenguaje del libro a éste que descendía a través de la imagen, algo había cambiado. No digo mucho, algo: gestos, una mueca antes desapercibida, la manera aviesa de mirar desde la pantalla. En el cine hay una profundidad de campo de la imagen dada por la lente, en la escritura la profundidad de campo es patrimonio del lector. La profundidad de campo de la lectura no surge de una capacidad técnica sino imaginativa. Son distintas, ni mejor una ni peor otra, distintas. Aunque en el cine hay una profundidad de campo que también es patrimonio del espectador, ésta surge inevitablemente de la imagen que define un plano. Son las leyes. Las imágenes que se definen a partir del contexto del lenguaje son, bien se sabe, acaso más elusivas, ambigüas y hasta equívocas. Digo acaso porque tanto la psicología del espectador como la del lector ocupan un terreno difuso, objeto de discusión. Como sea, debo aclarar que siempre he tenido una relación polémica con el cine, afectiva. Y cada vez que me siento a mirar una película tengo la pésima costumbre de no detenerme tanto en las imágenes como en la historia. La verdad: me pongo a leer argumentos. Es una tara imperdonable, lo sé. Con Los chicos desaparecen versión cine me pasó algo infrecuente. Me detuve en las imágenes, perdí de vista la narración para fijar la atención en los encuadres, en esos recortes elegidos por el director. Creo que porque a esas imágenes distintas pero vagamente conocidas quería identificarlas, fijarlas, y hasta en algún sentido apropiármelas o que volvieran a mí. ¿Eran mías esas imágenes? Inconscientemente sentía que el cine le había robado el alma a mi libro y que, como el buen salvaje frente al daguerrotipo, mi lugar estático en la butaca lo ocupaba ahora un autor desalmado, no yo. La íntima extrañeza fue seguir las acciones de esos personajes desatados ya de toda pertenencia. Hablaban y remarcaban cosas lejanamente sabidas, pero como formuladas desde otra voz o en sordina. La película actualizaba formas de un pasado en tópico presente de disociación: el otro que era yo miraba la película de su libro que ya no era mío. En algún pasaje de la proyección alguien, desde atrás, me tocó en el hombro y me preguntó en un susurro, como afirmando: “Eso está en el libro, ¿no?”. Dudé. Dije: “Creo que sí”. Y, en verdad, no estaba seguro. ¿Cómo saberlo? En ese preciso instante caí en la cuenta de que de las casi mil personas que atestaban la sala del cine Rocha habría también mil versiones diferentes de lo que estaban viendo. Fue lo que me tranquilizó, lo que me hizo un espectador más, sin prejuicios ni falsas concesiones a la autoridad intelectual, en la que no creo demasiado. A partir de allí pude disfrutar, pero ya había pasado casi una hora de proyección. Hoy me digo que debería verla nuevamente, despojado de toda manía de identificación y un poco más almado. Como sea, fue raro reconocerse desligado de todo principio de autoridad. Sin dueño o tutor, al terminar, tuve que admitir que la fidelidad del film al libro era casi absoluta, por no decir rotunda. Eso lo percibí. Percibí también que durante esa hora y pico en la sala dos personas habíamos estado participando en una carrera de postas y que, sin quererlo, muy secreta y desapercibidamente, en medio de la oscuridad nos habíamos encontrado para un acuerdo tácito: yo le pasaba la trama de una historia que ya no me pertenecía y él la hacía suya para proseguir la carrera con mucho más aire y vigor. Así lo hicimos, con la complicidad del resto. Al marcharme, más de uno me dijo que quería leer el libro.. Lo tomé como lo que era: un elogio a Marcos Rodríguez, el realizador.
Datos de los actores:
Norman Briski
Filmografía
La peli (2006)
Eclipse (corto – 2004)
La mujer rota (2004)
La mina (2003)
El amor y el espanto (2000)
Asociación Argentina de Actores (corto – 2000)
El astillero (1999)
La sonámbula, recuerdos del futuro (1998)
La cruz (1997)
Plaza de almas (1997)
El impostor (1997)
Sin querer (1996)
Juntos, in any way (corto – 1996)
La peste (1991)
Hijo del río (1991)
Buenos Aires, 3 de julio (inédita – 1990)
Charly, días de sangre (telefilm – 1990)
De regreso (El país dormido) (1989)
El insomnio del señor K. (corto – 1986)
Estibador se necesita (corto – 1986)
La filmadora de papá (corto – 1986)
Radiaciones (corto – 1986)
Soy paciente (inconclusa – 1986)
Los días de junio (1985)
Rubro 11 (corto – 1985)
Clínica con música (1974)
Luces de mis zapatos (1973)
Disputas en la cama (1972)
Juguemos en el mundo (1971)
Los neuróticos (1971)
La guita (1970)
El bulín (1969)
La fiaca (1969)
Psexoanálisis (1968)
Chao amor (1967)
Cómo seducir a una mujer (1967)
Lorenzo Quinteros
Filmografía
Pueblo chico (2003)
Valentín (2002) Hombre del bar
Sindrome de estocada (corto – 2002)
Gerente en dos ciudades (2001)
Potestad (2001) Tito
Las aventuras de Dios (2000) Psicoanalista
Los libros y la noche (1999)
La sonámbula, recuerdos del futuro (1998) Dr. Gazzar / Gauna
Noche de ronda (1997)
Buenos Aires viceversa (1996) Presentador TV
La revelación (1996)
El censor (1995)
Historia de desiertos (mediometraje – 1995)
Un muro de silencio (1993)
El acto en cuestión (no estrenada comercialmente – 1993) Rogelio
Después de la tormenta (1991)
Traición (corto – 1990)
Últimas imágenes del naufragio (1989) Roberto
DNI (La otra historia) (1989)
Las puertitas del Sr. López (1988) Sr. López
Memorias y olvidos (1987)
Revancha de un amigo (1987) José
Sinfín (1986)
Hombre mirando al sudeste (1986) Dr. Denis
La noche de los lápices (1986) Raúl
Los días de junio (1985)
Contar hasta diez (1985) Director teatral
La civilización está haciendo masa y no deja oir (1974)
Alianza para el progreso (no estrenada comercialmente – 1971)
Umbra Colombo
Filmografía
La invención de la carne (2009), de Santiago Loza
La bella otero (2008) Telefilm argentino español. Director: Jordi Frades
El corredor nocturno (2008- aún sin estrenarse), de Gerardo Herrero.
La hermana menor (2006), de Dodi Schewer
Ricardo (Mono) Ibarlin
Filmografía
Negra medianoche (inédita – 1990)
La ciudad oculta (1989)
La noche de los lápices (1986)
Expreso a la emboscada (1986)
Bairoletto, la aventura de un rebelde (1985)
Tacos altos (1985)
Asesinato en el Senado de la Nación (1984)
Más información y trailer: http://www.lchd.com.ar/