UNIDOS POR LA MÚSICA

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Dirigida por: Emmanuel Courcol
Estreno: 8 de mayo
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UNIDOS POR LA MÚSICA

Una película de Emmanuel Courcol

ESTRENO COMERCIAL: 8 DE MAYO 2025


Tráiler

https://youtu.be/HHW1fiD_LRY

Materiales Gráficos

https://drive.google.com/drive/folders/1zch918YixJpaJvsjTSF0rY3q_EmT5_na?usp=sharing

 

SINOPSIS

Thibaut es un director de orquesta de renombre internacional que viaja por el mundo. Cuando se entera de que fue adoptado, descubre la existencia de un hermano menor, Jimmy, que trabaja en la cafetería de una escuela y toca el trombón en una pequeña banda de música. Todo parece diferenciarlos, excepto su afición por la música.

 

DIJO LA CRÍTICA

“Cine popular, bien hecho, y con la mirada justa, tanto en lo social como en lo político. Courcol ha amputado clichés a golpe de enérgicas elipsis para dejar una narración clásica y límpida sobre los hombros de dos actores enormes (…) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)”

Philipp Engel: Diario La Vanguardia

“Una comedia divertida, humana, musical y fraternal (…) Un bordado emocional y muy, muy divertido que su director teje con enorme talento para que el espectador lo viva y lo sienta como propio (…) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)”

Oti Rodríguez Marchante: Diario ABC

“Una película sorprendente sobre el amor a la música (…) una narrativa directa (…) unas interpretaciones formidables (…) y (…) un montaje cargado de ritmo. (…) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)”

Andrea G. Bermejo: Cinemanía

 

FICHA TÉCNICA

Título: Unidos por la Música

Título original: En Fanfare

Dirección: Emmanuel Courcol

Guión: Emmanuel Courcol, Irène Muscari

Producción: Marc Bordure, Robert Guédiguian

Compñía Productora: Agat Films

Dirección de Fotografía: Maxence Lemonnier

Montaje: Guerric Catala

Sonido: Pascal Armant, Sandy Notarianni, Niels Barletta

Música Original: Michel Petrossian

Año: 2024

Duración: 103 min.

Género: Comedia – Drama

País: Francia

Distribuye: Impacto Cine

 

REPARTO

Thibaut Désormeaux | Benjamin Lavernhe

(de la Comédie-Française)
Jimmy Lecoq | Pierre Lottin
Sabrina
| Sarah Suco


ENTREVISTA CON EMMANUEL COURCOL

Su película aborda varios temas. ¿Cuál es la idea original?

Abordo temas que me son muy queridos y que ya he tratado en mis películas anteriores, como los lazos fraternales, el azar y el determinismo social, y los reúno en una sola historia.
Mi punto de partida fue una idea que tuve hace mucho tiempo, durante una consulta sobre una película que nunca vio la luz, ambientada en Tourcoing, en el mundo de las majorettes. Fui allí para conocer a una banda de música y a su grupo de majorettes, las “Cht’is lutins”. Nadie sabía leer música, ni siquiera el director. Todo el repertorio de la banda estaba compuesto por piezas que él adaptaba de oído. El director desglosaba las piezas por secciones y los demás reproducían lo que habían oído. Después del ensayo, fuimos todos a tomar algo a su casa y cuando vi a esas personas de todas las edades disfrutando de estar juntas, me di cuenta de la importancia de la música y de las bandas de música como vínculo social y emocional: son una familia y una forma de vida, un remedio contra el aislamiento, la omnipresencia de las pantallas y nuestro mundo tan desmaterializado. Mientras observaba a su director, me preguntaba cuál habría sido su destino de haber nacido en un entorno más privilegiado. Fue entonces cuando me vino a la mente la imagen de un gran director de orquesta que descubre la existencia de un hermano que toca en una banda de música: un choque cultural, emocional, social y musical.

El tono que adopta está constantemente en el límite entre la comedia, la comedia social y el drama…

Lo que más me gusta es conciliar los opuestos y encontrar una forma de compromiso o equilibrio. Esto es cierto tanto en mi vida como en el cine: ¿drama o comedia? ¿Película de autor o cine popular? ¿Música clásica o canciones populares? ¿Por qué elegir? Es un camino exigente al borde de un desfiladero. No siempre es fácil, pero es lo que me apasiona. Es lo que impulsa mis ganas de escribir.

Se juega con cosas muy delicadas y hay que saber evitar el patetismo en cuanto aparece. Hay que moverse evitando cualquier complacencia y saber salirse por la tangente en el momento oportuno, para encontrar ese pequeño detalle que desactiva la situación y haga aflorar la emoción por sorpresa.

Por ejemplo, tuvimos cuidado de no dejarnos arrastrar por una película sobre la enfermedad. En este caso es un detonante que se olvida rápidamente, dejando espacio a la relación entre los dos hermanos. Lo mismo ocurre con el aspecto social de la fábrica. Es una realidad económica que queríamos evocar, pero sin embarcarnos en una película totalmente diferente.

Porque aquí, el tema es por encima de todo el encuentro musical y fraternal de dos mundos.
Por otra parte, desconfío del famoso “feel good movie”, de algo demasiado meloso. Si la película es tan conmovedora como espero, se debe a la emoción y a la humanidad de los personajes con los que nos identificamos nosotros mismos. Es ver a personas generosas que pasan a la acción a pesar de la crueldad de la vida, personas que intentan hacerse un lugar en el mundo cargando grandes maletas. Eso es lo que la hace tan buena.

Este equilibrio se consigue escribiendo, actuando y montando. A este respecto, Guerric Catala, mi montador jefe, y yo pensamos de la misma manera. Cuanto más avanzo, más mi experiencia en el montaje alimenta un estilo contenido y preciso a la hora de escribir el siguiente proyecto.

Normalmente, la música se utiliza para perfeccionar la puesta en escena. Pero, en este caso, es uno de los temas de la película… ¿Cómo se rodó?

Para la parte orquestal, la idea era huir de rodar un concierto y llegar al corazón de la orquesta. Tenía que conseguir tomas que no se ven cuando se asiste a un concierto. Quería que estuviéramos inmersos como lo está Thibaut, quería filmar sus manos y sus expresiones. Para la banda de música, era más sencillo porque las cosas son menos formales, es un espectáculo en sí mismo, más caótico y más vivo también.

¿Qué cambia en el trabajo de dirigir actores el hecho de haber sido usted mismo actor?
Tiene un valor incalculable saber lo que significa estar delante de una cámara. Para mí, los actores son compañeros de estudios. Se produce una afinidad inmediata entre nosotros. En este sentido, a veces los actores no confían del todo en los realizadores. Así que cuando se encuentran con un director que conoce su oficio, habla su mismo idioma y empatiza con ellos, se sienten confiados. Y la confianza es crucial. Siempre les doy libertad. Pueden improvisar dentro de un marco preciso. Los diálogos están escritos, pero siempre estoy abierto a sorpresas agradables, sea cual sea la importancia del papel.
Benjamin, por ejemplo, es muy inventivo. Siempre se le ocurren cosas nuevas, intenta alimentar al personaje y las situaciones. Es un virtuoso, un perfeccionista. Y cuando es demasiado, lo reducimos en el montaje.

Pierre también inventa a su manera. Tiene ese lado instintivo, animal, y al mismo tiempo construye su papel de forma muy reflexiva. Es muy fino, muy preciso. Los dos tienen naturalezas muy diferentes, pero se complementan a la perfección. El trabajo de Sarah es sencillo y exigente a partes iguales. Ha sido un auténtico placer trabajar con artistas como ellos.

¿Dónde rodó exactamente?

En Lallaing, cerca de Douai. Irène y yo habíamos explorado la zona. Antes de elegir Lallaing, había visto un documental muy bonito, La fanfare ne perd pas le nord, y le había preguntado al director, Frédéric Touchard, con qué banda de música debía contactar. Así que un día nos reunimos en casa, como Benjamin en la película. Después del ensayo, nos tomamos unas cervezas todos juntos, y la gente de allí se mostró enseguida muy acogedora y encantadora. Su personalidad, así como sus magníficos locales de ladrillo y la sala de ensayos que aparece en la película, encajaban perfectamente con lo que yo buscaba. Para mí, la elección era evidente: ¡había encontrado la banda de música de Walincourt! Y es esta banda la que vemos tocar en la película. El primer día de rodaje estaban un poco intimidados, pero enseguida se impuso su naturalidad, sobre todo con los miembros de apoyo de la banda que, como Jacques Bonnaffé, también son todos instrumentistas. Al tocar todos juntos, conseguimos crear un auténtico espíritu de grupo que se percibe en la película, ¡y ese es el poder unificador de la música!

 

SOBRE EL DIRECTOR

Emmanuel Courcol es actor, guionista y director francés. Mientras desarrollaba su carrera como actor, a partir de los años 2000 comenzó a orientarse hacia la escritura de guiones, hasta que en 2012 debutó como realizador con su primer cortometraje, Géraldine je t’aime, protagonizado por Grégory Gadebois y Julie-Marie Parmentier.

En 2015 dirigió su primer largometraje, Cessez-le-feu (Alto el Fuego), con Romain Duris, Grégory Gadebois y Céline Sallette, y en 2020 estrenó Un triomphe (El gran golpe), con Kad Merad, Marina Hands y Laurent Stocker.

Fue nominado al premio César al Mejor Guion Original en 2010 por Welcome, y ese mismo año recibió el Premio Jacques-Prévert al mejor guion. El Gran Golpe fue seleccionada para el Festival de Cannes 2020, ganó el Premio del Público en el Festival de Cine Francófono de Angulema y fue elegida como Mejor Comedia del Año en los 33° Premios del Cine Europeo.

 

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